miércoles, 8 de abril de 2009

Semana Santa de la Tropa Bentejuí. Artenara - La Aldea

La tropa Scout Bentejuí tuvo estos días su acampada de semana santa. La actividad elegida fue una acampada de tres días en los cuales durante los dos primeros realizaríamos la ruta que enlaza Artenara con La Aldea.

Para ello salimos por la mañana en guagua desde la Fuente Luminosa, con los lobatos y castores del Bentaya 105 que iban para Tamadaba, y por eso aprovechamos para subir con ellos ya que íbamos a casi hacia el mismo punto ya que nosotros nos queríamos quedar en la Degollada del Sargento a unos tres kilómetros de Artenara. Desde allí teníamos unas vistas preciosas hacia la Vega de Acusa.

En la degollada del Sargento comenzaba nuestra ruta. Allí observamos el mapa del pateo y Ale nos recordó como interpretar el mapa y como orientarnos con la brújula. Además nos repartió un pequeño dossier con información de la ruta. El principio del pateo fue cuesta arriba y nos costó un poco pero llegamos muy bien hasta la Cruz de María. Allí teníamos dos opciones o coger la desviación de la izquierda la cual nos llevaría a la montaña de Altavista o coger la desviación a la derecha para ir camino a la casa de Tirma, ¿ unas chocolatinas, dan?



Decidimos seguir hacia la Casa de Tirma, donde hicimos una parada a la sombrita para comer y descansar un poco. Desde allí enlazamos con la pista forestal y el camino era cuesta abajo y llaneando, podíamos ir hablando por uqe la pista era muy ancha. Disfrutamos de unas vistas increíbles, se veía Tenerife y el Teide nevado perfectamente. Durante este tramo la mochila de Tana sufrió un accidente y se le rompió un asa y Ale le hizo un remiendo. Seguimos cuesta abajo vueltas y vueltas y las niñas aprovecharon para conocer más a Carol durante el camino e hicieron buenas migas.







Luego en el camino encontramos un punto de agua, pero … no era agua cualquiera estaba habitada por infinidad de criaturas y Paula comenzó a ponerles nombres a todos. (Jimmy, Rogelio, Blanquita, y Jane, eran nuestras mascotas). Menos mal que teníamos agua suficiente potable en nuestra mochila. Pero por lo menos ese agua que encontramos nos sirvió para refrescarnos mojarnos las caritas y las cabezas y llenar alguna botella para tener luego agua para fregar por la noche. La verdad que fue una parada muy divertida.





Seguimos por la pista forestal de Tirma y a la media hora ya estabamos en la Casa de la Marquesa, finca perteneciente al cabildo de Gran Canaria. Por ahí buscamos un sitio donde dormir y pasar la noche. Y ese fue el momento en el que conocimos a Jose que es el señor que cuida la finca. Que gran amigo hicimos !! Nos enseñó toda la finca con sus jardines preciosos y cuidadísimos así como las inmejorables vistas que hay desde la misma. Luego nos invitó a todos a nísperos de la finca y la verdad que estaban buenísimos.


Esa noche dormimos en un vivac, cosa que para la mayoría era una nueva experiencia. Pero pudimos hacer un buen vivac que nos mantuvo abrigados por la noche y nos permitió descansar calentitos para seguir caminando al día siguiente.


Al día siguiente al levantarnos recogimos todos y Jose nos llenó nuestras cantimploras para que tuviéramos agua de sobra para el camino y después de despedirnos de él salimos caminando en busca de la degollada de Cueva Nueva desde donde ya comenzaríamos la bajada hacia La Aldea.

Este tramo, al igual que todo el día, tuvimos el cielo completamente azul y con un sol radiante (incluso a veces demasiado). El camino se hizo un poco duro sobre todo para Carla y Laura que tenían ya algunas bolsas en los pies testigos de lo ya caminado.

Una vez en la Degollada de la Cumbre Nueva decidimos bajar por el fondo del barranco siguiendo el camino que acompañan a los postes de teléfono que comunican la Aldea. Este camino ya lo habían hecho miembros del grupo en una acamada de semana santa hacía pocos años y sabíamos que aunque fuera duro y con una pendiente empinada, podíamos bajar directos a La Aldea sin más rodeos.

En ese camino de cabras que cogimos se empezaron a desintegrar las botas de Mari que en pocos minutos se quedaron sin suela como pueden ver en la foto. El calor podía con todo. Esta última parte del camino, roja como Marte como decía Paula, se hizo un poco dura pero con esfuerzo llegamos como campeones hasta el fondo del barranco donde buscábamos una sombra para poder comer un poco refugiados del sol. Allí conocimos a otro amigo el cual era un agricultor de Agaete. El nos dejó utilizar un espacio que tenía junto a su cuarto de aperos con una sombra donde todos podíamos comer sentados y a la sombra. Allí preparamos nuestra comida y descansamos mientras Ale seguía caminando … y cual fue nuestra sorpresa cuando llegó con un señor en un coche.
Este señor se ofreció a llevar a las dos troperillas que ya habían sufrido bastante con las bolsas, pero además una vez que nos vio se ofreció a llevarnos todos en su coche que como era muy grande en solo dos viajes nos dejó a todos en la puerta del polideportivo. ¡Muchas gracias!



Ya estábamos en el polideportivo de La Aldea, el cual nos había cedido el ayuntamiento como hace ya unos años, para quedarnos esa noche. Y que recibimiento. Nos dejaron los vestuarios para ducharnos una sala grande y cómoda donde dormir, así como balones para jugar en las canchas donde echamos unos tiritos de baloncesto, por aunque parezca mentira hasta después de este camino todavía le quedaban energías a nuestros troperos.

Después de jugar un rato nos fuimos todos directos a las duchas que ya nos las merecíamos. Aprovechamos también que el edificio de al lado era el centro de salud para ir a curar las ampollas de Carla y Laura, que aunque con nuestros botiquines habíamos hecho alguna cura durante el camino ahora en el centro de salud y con los pies limpios, ya era todo más fácil. ¡Hay Carol, a estas niñas no se las puede sacar a la calle! Menos mal que el enferemero tenía paciencia, jaja....!!!

Después cenamos y recogimos todas las mochilas para tener la Asamblea de Tropa y el Sabor. Tras estos dormimos como los angelitos toda la noche.

El lunes nos levantamos temprano, desayunamos y nos pusimos de camino hacia la playa de la Aldea. Allí lo pasamos genial, nos remojamos y cogimos solito , jugamos mucho y nos divertimos todos juntos.



Por último hicimos las ceremonias de progresión en la que dimos la bienvenida a la tropa a Sara, Tana e Isa en su comienzo por la senda del compromiso y Laura realizó su promesa, comenzando su andadura por la senda del desafío.

Evalúamos y merendamos en la parada de guagua y todos muy cansados pero también muy contentos regresamos a casa orgullosos de como habíamos caminado todos y como nos habíamos enfrentado a las dificulatades que surgieron durante el pateo.




Felicidades campeones!! Scouts siempre, Listos!!


1 comentario:

  1. lástima que andoni no pudo ir a la acampada.Veo que fue divertida e interesante...¡otra vez será!

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